RESEÑA EL AMANTE JAPONÉS

   Título: El amante japonés

   Autor: Isabel Allende

   Editorial: Plaza & Janés

   Nº de páginas: 347

SINOPSIS

A los veintidós años, sospechando que tenían el tiempo contado, Ichimei y Alma se atragantaron de amor para consumirlo entero, pero mientras más intentaban agotarlo, más imprudente era el deseo, y quién diga que todo fuego se apaga solo tarde o temprano, se equivoca: hay pasiones que son incendios hasta que las ahoga el destino de un zarpazo y aun así quedan brasas calientes listas para arder apenas se les da oxígeno.

CRÍTICA

Cuando decidí leer este libro pensé que me enfrentaba a una historia de amor convencional, me dejé llevar por el título. Pero la realidad es que es un libro que va muchísimo más allá de una simple relación de amor entre dos personas.

En el libro se abordan temas tan controvertidos como el racismo, la homosexualidad, el abuso de menores; así como de la última etapa de la vida, la vejez, con una delicadeza admirable. Todo ello envuelto o adornado con una historia de amor imposible entre dos personas de distintas razas y distinta clase social: Alma Belasco e Ichimei Fukuda.

Sin duda debido a uno de mis grandes miedo, no puedo evitar destacar de entre tantos temas la forma de abordar la vejez o, como define varias veces en el libro, ese periodo de tránsito entre la vida y la muerte. La autora lo hace con una sutileza, cariño, comprensión y con un gran toque de humor bastante irónico que te envuelve la muerte como si fuera el caramelo más dulce.

La historia se desarrolla en Lark House, un centro para albergar dignamente a ancianos de bajos ingresos donde reside Alma Belasco, desde que decidiera poner punto y final a su vida de artista de éxito y de mujer modelo de cumplimiento del deber. Allí conocerá Irina Bazzili una cuidadora a la que acabará contratando como secretaria y a la que gracias a Seth Belasco, nieto de Alma, llegará a tratar como amiga y confidente. 

A través del libro que Seth quiere escribir sobre la familia Belasco desde su llegada a San Francisco, Seth, Alma e Irina van desgranando los entresijos de la familia y sobre todo vamos conociendo la vida de Alma y su relación de amor con Ichimei Fukuda de origen japonés, hijo de Takao Fukuda jardinero de los Belascos hasta la II Guerra Mundial.

La relación entre Alma e Ichimei es una historia de amor verdadero, sólido y de una pasión que solo es posible entre dos personas que se admiran y quieren sin límites. Sus vidas tendrán caminos separados por los obstáculos que les privan de poder vivir su relación con normalidad pero con un final que no dejará a ningún lector indiferente.

Como siempre que me leo un libro hay un personaje que te toca el corazón o que admiras o que te gustaría ser. En este caso, me quedo con Catherine Hope una residente de Lark House que crea la Clínica del Dolor para atender a los demás residentes. Solo por descubrir este personaje tiene sentido leer este libro.

Además de un personaje también me ha marcado Lark House, la residencia. Personalmente, uno de mis sueños es poder montar una residencia como nos describe el libro, donde las personas con menos recursos o sin familiares puedan vivir sus últimos años de vida de manera digna. Ojalá existieran muchas  ‘Lark Houses’ en este mundo.

Sin duda un libro que va de más a menos, que te va enganchando a cuenta gotas, pero que cuando acaba te deja una visión de la vida muy distinta a la que tenías al principio. Es un libro que todo el mundo debería leer a cierta edad para volver a creer en el amor sin condiciones y a afrontar la vida con optimismo.

NOTA: 4/5    

¿Alguien más se la ha leído? ¿Estáis de acuerdo conmigo?